17 abr 2012

The Art of Ruin - Capitulo 7: Eres lo mas cercano al cielo que he estado

Ray yacía tendido en su cama abrazando la almohada fuertemente. ¿Quien sabe que estaba pasando por esa mente inquieta mientras dormía tan tranquilo?

Los primeros rayos de luz atravesaron la única ventana en el cuarto iluminando el pequeño espacio que abarcaba aquella habitación: abrió los ojos.

Ray: (mirando la almohada que aun abrazaba) ¿Que me esta pasando?

El niño aun no sabia que cosas se estaban desencadenando en su mente y corazón, estos seguían atados por aquellos tristes recuerdos de su madre que le atormentaban, pero esta vez estas memorias no tenian tanto poder en el joven. El enamoramiento le estaba salvando.

Ray: (se apega mas a la almohada) No comprendo que me pasa (suelta la almohada y se queda mirando el techo)

Aquel frió corazón iba poco a poco reaccionando y volviendo a palpitar, pero, tomaría tiempo que vuelva a ser el mismo corazón de hace algunos años atrás.

Ray: (gira la vista a la carta sobre la mesa de noche) Aun no he leído la carta que me escribió (se levanta para sentarse, coge la carta y la abre)

"Querido Ray:


Hoy la pase muy bien en el parque junto a ti, realmente me alegro volver a verte. Al comienzo estaba muy nerviosa porque quizás no te ibas a acordar de mi, pero al parecer fue todo lo contrario; te acordaste de nuestra primera conversación, gracias. Lo único malo es que estabas muy nervioso y ni hablabas, para la próxima quiero que hables, ¿ok?.


Hablando de la próxima, quería pedirte un favor muy grande. Este lunes que viene es mi primer día de escuela y quería saber si podías ir a recogerme así aprovechamos de recorrer la ciudad y comer algo, ademas, quiero que tu cara sea la primera que vea al salir del cole. Nada me haría mas feliz que verte después de mi primer día de escuela. Te prometo de que si vas te regalare un abrazo.


Me gustaría seguir escribiendo esta carta y relatarte lo feliz que me siento, pero eso lo haré mañana.


Debo irme, que duermas muy bien hoy.


Atte. Rosemary.


P.D: ¡Se me olvido! Estoy en la Escuela Rzeznik y la hora de salida es a las 12:00 pm.
P.D: Espero que te hayas comido tu pastel, el mio estaba muy rico."

Ray leyó cada palabra con tranquilidad y atención. Esa carta, inconscientemente, se había vuelto su mas precioso tesoro. Giro la mirada hacia el calendario pegado en la puerta y se fijo que era domingo. Mañana debía ir a recoger a Rosemary y se notaba el deseo en sus ojos. El nerviosismo era camuflado por su frialdad, pero las ganas de volver a ver a la chica pelirroja se notaba en sus ojos.

Aquel día no sucedió nada interesante. Pero cuando limpiaba su habitación pudo ver a Rosemary que lo saludaba desde la calle. Aquella sonrisa en su rostro, durante todo el día, no fue borrada de su rostro.

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